lunes, 15 de abril de 2013

A: Venezuela. Canción para un Quijote de Nuestra América.


Por Froilán González y Adys Cupull

En la Colonia Tabacalera de  ciudad México, el pasado 25 de marzo se le rindió homenaje a Julio Antonio Mella en el 110 aniversario de su nacimiento. Acompañados de la Cónsul cubana María Sánchez,  funcionarios y trabajadores de la Embajada,   depositamos flores ante  el busto  de bronce que Alberto Lescay esculpió al  joven rebelde.

Se recordó que Julio Antonio Mella en Cuba fundó la Federación de Estudiantes,  la   Liga Antimperialista,   la Universidad Popular José Martí  y el Primer Partido Comunista, luchó  contra  la opresión  de los pueblos,  entre ellos Nicaragua y Venezuela.  Varios de   sus  compañeros  de ideales fueron venezolanos, como  Salvador de la Plaza, Carlos Aponte y  los hermanos Gustavo y Eduardo Machado. Mella  fungió como  colaborador en los periódicos Venezuela Libre, América Libre y El Libertador.

El acto fue motivo para rendir homenaje al Comandante Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, para el que fue leído el poema Canción para un Quijote Americano,  del  joven funcionario diplomático cubano Emilio Jiménez, quien hizo sentir que las ideas no mueren y que  Mella y Chávez desde el Olimpo de los Héroes nos indican seguir blandiendo la espada de Bolívar.

 “Canción para un Quijote Americano”.
Autor: Emilio Jiménez

Esta canción es para ti,
Quijote de América
disfrazado de Inca y Araucano.
El  5 de marzo el Orinoco se detuvo,
el puente de Angostura casi se quiebra de dolor,
los pescadores guaraos dejan sus artes
y acuden a sostenerlo para que pasen los niños encueros
que corren apurados para verte antes que te vayas.
No logro saber cuantos días fueron
todos fueron un solo día,
la certeza de que nunca te vas,
ese arraigo a tu tiempo y a tu gente
no concibe lontananza.
Mientras duró
iba tu mueble fúnebre
frondoso de flores, gorras, signos en tropel,
todos te querían llevar para su casa,
para los cerros agradecidos de tanta bondad derramada.
Y tú avanzando sonriente y digno
en medio de ese  volcán escarlata.
Truena tu nombre en arahuco, en español,
en jivi, en wayuu.
Esta canción es para ti
Quijote de América
vestido de mulato y de Maya,
de Aymara y blanco castizo.
Aquella anciana celosa empuja para tocarte,
mientras tu madre llora sin bálsamo que la consuele.
No te perdiste esa fiesta de amor
había llanto sin luto,
porque no te quedó nada por hacer,
tus hijos todos lo sabemos.
Labraste el surco y por ahí andaremos
enderezando tropezones pero sin desvío
Iremos rectos, muy rectos
blandiendo tu espada de Bolivar
para desbrozar  caminos.

 Emilio, México DF   24/3/2013.

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