Omar
Pérez Salomón
El
Miami
Dade College, una institución universitaria de esa ciudad
estadounidense, inaugurará en los próximos días una escultura del
artista cubanoamericano Enrique Martínez Celaya, que pretende
conmemorar los 50 años del fin de la Operación Peter Pan.
Un
comunicado de dicha institución asegura que la inauguración de la
escultura será el 19 de octubre en un pequeño parque frente a la
Torre
de la Libertad
de Miami, propiedad de ese establecimiento educativo.
Según
los organizadores, “recordará todas las luchas de las generaciones
pasadas, y le dará la bienvenida a nuevas generaciones plenas de
esperanza y optimismo”. ¿Será que añoran otra operación basada
en la mentira con la intención de causar daño a la familia cubana?.
La
historia de Cuba que se pretende escribir desde Miami está llena de
falsedades y mentiras, muy lejos de la verdad y la ética.
Uno
de los capítulos más miserables en la incesante campaña de
engaños, calumnias y fechorías contra la Revolución Cubana fue
la Operación Peter Pan, una de las acciones de subversión más
crueles desarrolladas por la CIA,
el Departamento de Estado e instituciones religiosas de Estados
Unidos, con el apoyo de organizaciones contrarrevolucionarias dentro
de Cuba,
donde las principales víctimas serían indefensos niños y padres
engañados o confundidos por ilusorios rumores, con propósitos
desestabilizadores.
El
26 de diciembre de 1960 llegaron a Miami los primeros niños que
viajaron por la Operación Peter Pan, ejecutada por el sacerdote de
origen irlandés Bryan
O. Walsh
y financiada por el gobierno de Estados Unidos. La misma se extendió
a lo largo de 22 meses y finalizó teóricamente el 22 de octubre de
1962 con la Crisis
de Octubre,
aunque en realidad se extendió hasta bien entrada la década de
1970, con nuevas variantes, como la de los vuelos de menores de edad
a Madrid.
Según
escribe
Ricardo
Alarcón de Quesada,
presidente del parlamento de Cuba, en la introducción al libro
Operación
Peter Pan, un caso de guerra psicológica contra Cuba,
de los autores Ramón Torreiro y José Buajasán:
“La
burda patraña, según la cual el gobierno revolucionario iba a
quitarles los hijos a sus padres, privándoles de la patria potestad,
fue echada a circular por la CIA y la contrarrevolución después que
las autoridades revolucionarias llevaban varios meses haciendo,
precisamente, lo contrario: la Ley 797 del 20 de mayo de 1960 había
facultado al Ministerio de Justicia para que, en forma totalmente
gratuita, realizara inscripciones y transcripciones de nacimientos y
celebrase matrimonios que antes no se habían efectuado legalmente.
“Esa
ley sirvió de base a lo que se denominó Operación Familia que
benefició a 400 mil uniones extramatrimoniales y a 500 mil niños.
Jamás en la historia de Cuba se hizo tanto y en tan breve tiempo
para extender y consolidar la patria potestad y fortalecer la
institución de la familia.
“Quienes
diseminaron la mendaz calumnia dentro del país, habían contemplado
sin chistar una sociedad en la que para una parte sustancial de la
población, sumida en la mayor miseria, esa posibilidad jamás
existió y habían convivido, en gozosa y pastoral armonía, con
gobernantes corruptos que nada hicieron para resolver el drama de
muchas familias cubanas.”
Muchos
de aquellos niños fueron enviados a casas de adopción, orfelinatos,
e incluso, a establecimientos penitenciarios para delincuentes
juveniles. Muy dura se presentó la vida para estos infantes debido a
la inadecuada alimentación que recibieron, la existencia de
pandillas en los centros de recepción y campamentos, el uso de
castigos corporales, la obligación de hacer tareas domésticas
humillantes y ser explotados por sus tutores y maestros.
Entre
los Peter
Pan hubo
quienes se asieron a sus raíces y defendido a su tierra hasta con la
vida, como es el caso de Carlos Muñiz Varela, quien fuera
fundador de la Brigada “Antonio Maceo” y director de la Agencia
Viajes Varadero, que promovía excursiones de la comunidad cubana, de
norteamericanos y puertorriqueños a Cuba. Muñiz Varela fue
asesinado a balazos el 28 de abril de 1979 por elementos terroristas
de la ultraderecha cubano-americana, por el simple hecho de
simpatizar con la Revolución y promover vínculos estables con su
patria; otros como el senador Mel
Martínez
y el músico Willy
Chirino se
han sumado a la agresión de Estados Unidos contra su país natal.
Asombrosamente,
algunos historiadores de Miami, medios de comunicación capitalista e
instituciones como el Miami Dade College, se refieren a esta
operación como una de las más conmovedoras historias de cubanos
huyendo del comunismo, y engrandecen el supuesto humanismo de
sus ejecutores, pretendiendo ocultar la verdadera historia de la
Operación Peter Pan.
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