Por Froilán González
En
medio de una crisis económica, social, moral y política un
nuevo escándalo envuelve a los principales dirigentes del Partido
Popular de España, acusados de sobornos, estafas, corrupción,
mentiras, manipulaciones, ocultamiento de documentos, violaciones al
fisco y sometimiento a Alemania.
Otros señalan que la política exterior del país ibérico la rigen desde Estados Unidos y contra Cuba y Venezuela desde Miami.
Mientras
el descrédito crece, los representantes del Partido Popular en el
Ayuntamiento de Madrid designaron a una calle con el nombre de uno
de los llamados disidentes cubanos. Esa persona según diferentes
medios de prensa es un español, convertido por obra y gracia del
Partido Popular en ciudadano cubano y murió en Cuba en un trágico
accidente de tránsito. El auto era manejado a exceso de velocidad por
uno de los dirigentes juveniles nacionales de ese partido, sancionado
en España a no poder conducir por varias violaciones de tránsito.
El
irresponsable conductor solo necesitó 6 horas para trasladarse a casi
mil kilómetros de La Habana en compañía del disidente a quién entregó
una importante suma de dinero con el propósito de realizar reuniones
clandestinas e ilegales contra el gobierno cubano, inmiscuyéndose en los
asuntos internos del país caribeño.
El fallecido es
prácticamente desconocido en Cuba y otros países de América Latina y
quienes lo trataron frecuentemente lo catalogaron como amoral,
mercenario, asalariado, corrupto, mentiroso, manipulador, ambicioso,
muy amante al dinero fácil y capaz de vender su alma al diablo.
El
acuerdo de honrar a esa persona es grosero y vulgar. Parece que no
hay diferencias entre los que rinden el homenaje y al que se lo dan.
Salvo, como muchos piensan que a los del Partido Popular del
Ayuntamiento de Madrid no les importa mucho y el objetivo es ofender al
pueblo de Cuba y atacarlo.
Si no existiera un muerto, la
propuesta parecería un sainete o una pieza del teatro burlesco. Da pena
la mediocridad, el desconocimiento sobre Cuba y su historia y la falta
de cultura en esa propuesta que los ubicán como auténticos enemigos de
España.
La prensa divulgó que la viuda del muerto, una hija y
un hermano, catalogaron al chofer homicida como un héroe. Al leer
esas noticias las asocié a un hecho acontecido en México cuando en un
bar, un actor cinematográfico borracho y sin causa aparente mató de
varios balazos a un parroquiano.
El artista fue detenido y
después recibió los beneficios del dinero y las influencias políticas,
tal como ha sucedido con el supersónico chofer español.
Ante el
asombro de muchos, la madre y la viuda del muerto mexicano
declararon que el actor disparó en defensa propia y lo catalogaron
como valiente y héroe. Se parece mucho a las manifestaciones de los
familiares del fallecido cubano.
Los medios informativos se
encargaron de divulgar el costo de esas afirmaciones: Sendas casas para
la madre y la viuda y 50 mil dólares para la familia.
Por otra
parte informaciones desde Miami, plantean que al chofer homicida le han
ofrecido una importante suma de dinero para que formule acusaciones
contra el gobierno cubano contradiciendo las que realizó en Cuba ante
la presencia de funcionarios de la embajada española en La Habana.
De
ser así, esta nueva maniobra calumniosa le afectaría a su
propio país, y dejaría a los funcionarios de su gobierno que fueron
testigos del juicio, en cuestionable situación.
Los cubanos
podemos hacernos varias preguntas: Quiénes fueron sus cómplices,
de dónde recibió el financiamiento para el ilegal viaje a
Cuba, motivos reales del mismo, violaciones migratorias, relaciones
con la mafia terrorista radicada en Miami y en especial sus vínculos
con instituciones norteamericana que fraguan planes contra Cuba.
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