miércoles, 20 de mayo de 2009

Homenaje a José Martí en Honduras

Tegucigalpa, 19 de mayo (SC). En la Plaza Cuba de la capital de Honduras se realizó hoy martes en horas de la tarde un calido homenaje al Apóstol de America, José Marti, para recordar el 114 aniversario de su caída en combate en la lucha por la independencia de la última colonia española en América.

José Martí cayó en combate el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos y con su muerte confirmó que los verdaderos hombres son coherentes en pensamiento y acción hasta el final. En su persona se fundieron el político, el pensador, el periodista, el filósofo y el poeta que necesitaba la América de entonces.

Al acto presidido por el embajador de Cuba en Honduras, Juan Carlos Hernández, asistieron hondureños, simpatizantes de la revolución cubana, y la mayoría de los voluntarios de la patria de Martí que se encuentran en el país cumpliendo misiones de solidaridad.

Una ofrenda floral fue colocada a los pies de la estatua que luce imponente en el centro de la Plaza Cuba , en el mismo lugar desde donde se le cantó y se recitaron sus versos.

El homenaje concluyó con las palabras del escritor hondureño Eduardo Bärh, Director de la Biblioteca Nacional de Honduras y Coordinador de la Cátedra Martiana de Honduras, que por su importancia transcribimos íntegramente a continuación.
Esteban Meléndez C.
Comunicador


LA CAÍDA EN COMBATE DE JOSÉ MARTÍ
Por Eduardo Barh
ES el trágico día 19 de mayo en el campamento mambí. Máximo Gómez, José Martí y Bartolomé Mazó discuten los planes futuros y la quietud es quebrada por tiros que se escuchan en los llanos de Dos Ríos.
"Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi patria y por mi deber…". Dice la carta de Martí que quedó inconclusa por la llegada del general Bartolomé Mazó al campamento con trescientos jinetes. "A los caballos, a vadear el Contramaestre y ganar el terreno donde la batalla no sea desigual" era la orden mambisa y aunque Gómez le pide al Martí quedarse detrás, este se lanza al combate y cae, cara al cielo, del lado de la vida, del lado del futuro, del lado de la humanidad.
La muerte de Martí en combate contra una columna de tropas españolas de más de seiscientos soldados se produce por una delación. Las tropas mambisas deciden enfrentar a la columna aprovechando las márgenes del río Contramaestre en dirección hacia el potrero de Boca de Dos Ríos, donde se ubican de forma estratégica.
Gómez y Mazó salen al encuentro de la columna española, dejando al Martí en el campamento; pero él los sigue en compañía del joven Ángel de La Guardia , sin embargo, se desvían y tienen que continuar solos por el camino hasta el momento en que dan de lleno frente al enemigo. Con extraordinaria valentía cargan sobre los españoles, que los reciben con un fuego terrible. Martí cae. Ángel de la Guardia , perdido su caballo, intenta cargarlo, pero no le alcanzan las fuerzas; retrocede entonces para dar la noticia a Gómez que, enterado de lo que ha sucedido, carga desesperadamente para recuperar el cuerpo del héroe.
"… ¡Qué guerra esta!....que al lado de un instante de ligero placer, aparece otro de amarguísimo dolor. Ya nos falta el mejor de los compañeros…" Describió después el Mayor General Máximo Gómez en su diario de campaña la pérdida que significó para todos la caída en combate de José Martí, un día como hoy, el 19 de mayo de 1895.
“¡Oh Maestro, qué has hecho!”, fue el desgarrador lamento de Rubén Darío al conocer la noticia.
El sentido de la frase del gran poeta nicaragüense habría que entenderlo desde su ángulo personal, porque lo miraba como la estrella irrepetible de la creación literaria.
José Martí, precursor indiscutible del Modernismo americano, ya había escrito su premonición literaria: “Verso, o nos condenan juntos/ O nos salvamos los dos!”, que misteriosamente tiene analogía con su caída en combate.
El propio MARTÍ, quien en su ideario apuntaba con frecuencia reflexiones futuristas, había dicho: “Hacer, es nuestra manera de decir”. “El hombre de actos sólo respeta al hombre de actos [...] ¡La razón, si quiere guiar, tiene que entrar en la caballería! y morir, para que la respeten los que saben morir”.
Pero no ha habido muerte para el Apóstol de América, porque nadie como él tuvo tal sentido de pertenencia latinoamericana y de pensamiento universal; por eso puede entrar vivo en el diálogo de las ideas y en los cambios revolucionarios del mundo actual.
No podríamos separar al autor de los “Versos sencillos” y precursor del modernismo latinoamericano, del político que tuvo el arte prodigioso de ordenar —en el sentido más alejado de lo impositivo— a todos los generales y oficiales de la Guerra de los Diez Años. Su originalidad superior se halla en la integridad que adquirieron en su persona todos estos componentes. La teoría martiana de la revolución de independencia de Cuba se describe con dos propósitos sencillos: Lograr la independencia de España y la instauración de la república como tipo de estado, mediante la guerra; y lograr la independencia total -política y económica- y la formación de una nación nueva con identidad propia, la República.
Su martirologio marcó para siempre al ideario cubano con la enseñanza de su sacrificio. No se trata de un romántico ajeno a los procesos reales con que transcurre la vida del hombre y la sociedad. El valor de esta entrega se halla en que no hay pueblo capaz de avanzar y de conquistar su independencia y asegurar su libertad, sin el sello ético que supone la unidad entre el ideal de redención humana y el esfuerzo por alcanzarlo.
Equivocados estaban quienes creyeron que en Dos Ríos había acabado su vida… A 114 años de su caída en combate, su obra de pensador revolucionario ha crecido con el tiempo en la conciencia y en el despertar de América; y hoy ilumina de nuevo el camino de sus hombres, el destino de sus pueblos.
Martí brilló en la oratoria, el periodismo, la poesía, el ensayo, la dramaturgia, la filología, la política, la historia, la poesía, además de la filosofía. Fue, además, un destacado crítico de arte, traductor, editor, conferenciante, profesor. Como biógrafo destaca la capacidad para ofrecer verdaderos retratos psicológicos de los personajes analizados. Dominaba las sutilezas del lenguaje y era capaz de expresar sentimientos muy profundos con palabras cargadas de pasión lo que podía hacer, además, en varios idiomas.
En él se da la circunstancia de haber sido un hombre de su época y al mismo tiempo con capacidad de proyectar su mente al futuro y de expresar ideas que impresionan por la actualidad de sus conclusiones, como si hubiesen sido expuestas en el tiempo presente de cualquier generación posterior a él. Por eso Martí es contemporáneo.
Por lo anterior, es difícil soslayar los paralelismos que el ejemplo heroico de Martí produjo y produce en la historia americana de la Independencia y en la moderna y contemporánea. El pensamiento y la acción de Martí están en el pasado, en el presente y en el futuro de la América nuestra. Para esas comparaciones están los nombres de de Morazán, Bolívar y Zapata, antes; y el Che, después. Su compromiso con el pueblo, expresado de manera tan clara en el fragor de la lucha está tan presente, que se nos hace imposible separar al destinatario de 1895 del de 2009: Sus palabras nos acompañarían con el mismo tono de sinceridad:"Estos tiempos, diría, no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada" (porque) ¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas!"
Los sistemas de dominación pueden tener muchas manifestaciones. Pueden ser directamente intervencionistas, por la vía armada, por la vía económica y por la cultural, tanto si proceden de países hegemónicos, poderosos e imperialistas como si están conformados por el predominio económico, clasista y excluyente de poderes escondidos en los meandros de una democracia institucional hipócrita y mentirosa, creada ad hoc para que tales sistemas permanezcan inamovibles. Del ideal martiano puede perfectamente desprenderse un proyecto humanista y socialista que considere al pueblo como el artífice de su propio destino, puesto que para ello ofrendó su vida y por ello su heroicidad pertenece al presente de la América nuestra.
En palabras de Cintio Vitier: “Ser un pueblo martiano, no es fácil. La Revolución que estamos haciendo no es fácil, no puede ni quiere serlo. A las sombrías dificultades que nos opone el enemigo, oponemos otra dificultad mayor, un alto y luminoso desafío: ser dignos de la vida y de la muerte de José Martí
“No me pongan en lo oscuro/ a morir como un traidor: ¡Yo soy bueno y como bueno/ moriré de cara al sol!”.

2 comentarios:

SOLIDARIDAD HONDURAS-CUBA dijo...

saludos compañeros, "aún estoy vivo..."
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=58646
les envío éste LINK para que puedan bajar éste documental de periodista norteamericano con éste DOCUMENTAL que debe ser visto; favor incluirlo en el blog en agregar VIDEO.

Estamos en combate mediático.
Saludos ,

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.